El solitario gol del nigeriano Victor Osihmen en los compases finales decantó hoy el 'Derbi del Sole' ante el Roma (0-1) y relegó a los de José Mourinho a la quinta plaza, fuera de los puestos de Liga de Campeones, al tiempo que mantuvo el sólido liderato de un Nápoles que esta vez no exhibió esa superioridad a la que ha acostumbrado en este inicio de campaña, maniatado por una gran versión del conjunto 'giallorosso'.
El Estadio Olímpico de Roma acogió un duelo de altura entre dos equipos que están cuajando un gran inicio de campaña. Mourinho y Spalletti, exentrenador del Roma, saltaron con todo desde el inicio para el 'Derbi del Sole'. Y se notó. Fue una primera parte muy disputada, intensa, plagada de duelos individuales por la presión alta al hombre que ejercieron ambos equipos y en la que solo faltaron las ocasiones claras.
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Smalling y Osihmen protagonizaron el duelo físico en un lado del campo, Kim Min-Jae y Abraham en el contrario. Sin embargo, fue Zaniolo el que puso la calidad y generó la mayor parte del peligro para la 'Loba' y Lozano el que lo hizo en el conjunto partenopeo.
Kvicha Kvaratskehlia, la nueva estrella de la Serie A, atrajo todas las miradas pero esta vez no pudo sacar partido a sus virtudes, bien cubierto por Karsdop y Mancini, que no le dejaron respirar.
La tensión se notó desde el principio también en los banquillos, con Spalletti y Mourinho muy encima de sus jugadores y del árbitro. Especialmente el lusitano, que fue una de las atracciones del primer acto, enrabietado con cada decisión arbitral, con cada jugada, dando instrucciones a sus jugadores, arengando a la grada, pidiendo explicaciones al linier y que acabó siendo protagonista en el episodio clave de los primeros 45 minutos con una airada protesta tras el penalti señalado sobre Rui Patricio que finalmente, VAR mediante, el colegiado anuló y que los 'tifosi' romanistas cerraron con una ovación para el setubalense.
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Ya en el segundo tiempo, entre tanto reparto de dominio y de ataques infructíferos, gracias a las buenas acciones defensivas, apareció Osihmen para decantar la balanza. El nigeriano, conocido por no dar un balón por perdido, le ganó el duelo a Smalling y desde el perfil diestro, bastante escorado y casi sin ángulo, enganchó un potente balón cruzado que sorprendió a Rui Patricio. El gol dejó muy tocado a los 'giallorossi' y el Nápoles se creció.
Lío
Terminó el partido y la tensión acumulada se liberó con una pequeña tangana en el centro del campo, rápidamente apagada por los propios jugadores y sus respectivos cuerpos técnicos.